OCTAVILLAS
Era una tarde
y abril florecía
celindas y rosas
del viejo jardín.
La fuente reía...;
el chorro del agua,
en la blanca taza,
con sones de fiesta,
cantaba sin fin.
El sol cautivaba
laurel y rosales,
e inundaba áureo
el verde jazmín.
Era una tarde
alegre y vieja,
rosácea y bella
del preciado abril.
La tarde declina,
y el cielo se cubre
- azul y sereno -
de quimeras pleno,
de plácidos sueños,
preñado de añil...
DONCEL
MIEMBRO DEL BLOG L' ALBADA
Preciosos versos, amigo, llenos de sensibilidad y nostalgia...!!!
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