¡El árbol que nace de la vida¡
La luz
que inunda el panorama
El farol que no necesita llama,
El farol que no necesita llama,
en la bella aurora que escandila...
Entre la bruma y los montes,
el
camino que se adentra
en ese gran mar de olivos
y sube por la ladera
hacia los
Cerros de Úbeda,
donde la ciudad se asienta.
¡Úbeda, reina, en la cima
y de la
Historia es estrella !
Úbeda, la recatada,
al mirarla, nos deleita...
Por esos Cerros altivos
que Alvar Fáñez anduviera,
en busca de los amoríos
con una ubedí tan bella...
DONCEL
MIEMBRO DEL BLOG L'ALBADA
Sensibles versos, Pedro. Llenos de añoranza de esa tierra de olivares, que mirados desde arriba, parecen azules mares.
ResponderEliminarSaludos.