Cuando contemplo el cielo
Cuando contemplo el cielo
de innumerables luces adornado;
cuando miro la mar
de grandes seres habitada;
cuando veo el olivo
a la vera del sendero;
en eterna presencia,
sé que te contemplo,
que te miro,
que te veo.
Sí. No me lo diga:
no te merezco.
Tampoco te he buscado.
Me das vida, luz, esperanza,...¡todo!
Y yo, nada.
Perdóname.
No te merezco.
Sígueme buscado tú
en el hoy y mañana,
en el antes y después,
e así,... eternamente.
SERGIO VILLAR LÓPEZ
EX-PROFESOR DE LA FARGA
Veo en este bello poema, aires del gran Fray Luis de León y un hondo sentido ...
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