COPLILLA
Como piezas de reloj,
los girasoles dorados
inclinan su áurea cabeza
cuando el sol está marchando...
Despiertan a su fulgor,
de él recogen sus rayos,
y dan la vuelta a la plaza:
sólo les falta el aplauso.
Vestidos de verde y oro,
mirando al tendido claro.
DONCEL
MIEMBRO DEL BLOG L' ALBADA
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