domingo, 29 de septiembre de 2013

EL TANGO EN MI RECUERDO






 
Presente en mi memoria están los años,
en que mi madre sonriente me contaba,
los galantes sondeos de mi padre,
para lograr poco a poco, conquistarla.
Mi madre,  una amante de la danza
con sus hermanas y otras, descollaba
danzando cual eximia bailarina,
y mi padre, tan solo "caminaba"

El seguir el compás de alguna música,
mi amado padre, jamás pudo lograrlo,
 y recordamos que todas las veces
se reía intensamente, al intentarlo.
Si nuestro padre no lograba esos pasos,
a cambio, pudo ser un músico en la vida,
que escribió maravillas a mi madre,
con la letra sublime de sus poesías.
Ambos nos hicieron amar intensamente
la belleza de la música, su armonía,
y todos juntos gozamos plenamente
de la dichosa unidad de una familia.

Las  nostalgias de mis días infantiles,
el recuerdo presente de mi infancia,
era escuchar el canto de mi madre,
escapándose a través de una ventana,
y al volver a mediodía de la escuela,
solía escucharla mientras me acercaba,
fueran buenos o malos aquellos días,
era un canto su palabra cotidiana
que se elevaba, no me cabe duda alguna,
hasta el cielo, cual si fuera una plegaria,
y se mezclaban en mis oídos infantiles,
un tango, un paso doble, una balada
que vibraban intensos, melodiosos,
grabándose en los rincones de mi alma,
mi infancia luminosa de poemas,
y el canto cotidiano de mi madre,
han quedado impresos en mi mente,
un recuerdo maravilloso e imborrable.

Los acordes armoniosos de una orquesta,
reviven cada instante del antaño,
y me traen raudamente hasta el presente
la vivencia en las letras de algún tango.
Las nostalgias de faroles mortecinos
en la niebla de alguna madrugada,
los tiempos juveniles, la utopía,
de aquellos, mis anhelos de muchacha.







POETISA INVITADA:


ESTELA  PASSAGLIA

MIEMBRO DEL BLOG  L'ALBADA

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