En mi país, es habitual llamarlas
"vaquitas de San Antonio". 
Mariquitas de colores 
que van andando la hierba, 
que se asoman, que se ocultan 
tal vez porque ven muy cerca 
que algún humano malvado, 
es capaz en sus miserias 
de aplastarlas con su pie 
porque envidian su belleza. 
Cuando niña muchas veces 
y sin que me diera cuenta, 
se posaban en mi mano, 
a mi brazo daban vueltas, 
y después me abandonaban 
y volvían a la tierra. 
Aún hoy tengo el privilegio 
de que una u otra vez 
me visiten sin reparo 
y jamás las dañaré. 
Verdad es que se las ve poco, 
seguro que las matamos, 
con la infinita soberbia 
que tenemos los "¿humanos?". 
Y por eso mas que nunca 
hoy debemos protegerlas, 
para que sigan viviendo 
en la magia mas perfecta, 
no es justo que desaparezcan 
de la faz de nuestra Tierra! 
Y es que está en nuestras manos 
el detener esta locura 
de ir destruyendo a cada paso 
los regalos de Natura…
MIEMBRO DEL BLOG L' ALBADA
 
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