miércoles, 2 de enero de 2013

... como una primavera de gladiolos





 

 

 

Así de blanca y pura

has renacido en mí,

arraigando tus iras escondidas

sobre la tierra húmeda.

Abonaste la tierra con tus lágrimas

-cascada de ambarinas desventuras-

y renacieron en jardín frondoso

gladiolos blancos entre niebla turbia.

Hay primaveras que entre nubes grises,

entre noches oscuras,

hacen brotar jardines primorosos;

que ante el reflejo de la clara luna

hacen crecer amores transparentes,

fontanas minerales de agua pura,

delicados rebrotes de esperanza

sobre campos cargados de negrura.

Serán tus primaveras y las mías,

que, caminando juntas,

romperán las escarchas incoloras,

cual libélulas plúmbeas

y libarán espíritus crecientes,

difusas lunas nuevas ocultas por la bruma.

Renacerán hermosas esperanzas

y en lejanía confusa,

serán como tus primaveras de gladiolos

sobre el reflejo gris de la acerada luna.

 

        
         MANUEL PABLOS ESTEBAN


         PROFESOR DE LA  FARGA
 

 

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