Subrepticio en mis pensamientos,
encerrado en mi soledad,
no puedo olvidar tu voz
ni tu perfecta imagen.
¿Por qué ahora no apareces?
Sabes que te idolatro,
que te amaré hasta el fin.
Te esperaré hasta mi partida
pensando en ti, en tus labios rojos.
Y cuando suceda, te encontraré
al otro lado del túnel.
Cuando me reúna contigo,
bailaremos sobre las nubes
con espectadores celestiales
y nadaremos en un mar tranquilo,
entre suaves olas de eternidad...
GREGORTD
GREGORTD
¡Preciosas palabras en versos sentidos, estrofas con alma...¡Hermoso poema¡
ResponderEliminarGracias, Pedro, por leer y comentar. Son recuerdos imborrables.
ResponderEliminarSaludos.