Queridísimo Ramón, 
han pasado 
y han des-sucedido tantas cosas
entre tanta luz y tanta nieve
en este pentagrama vacío de abril.
Queridísimo Ramón, 
siento ser pesado
pero no puedo callar tu voz
y reescribirte 
ahora que sé, algo enajenado, 
que, si Dios quiere, pronto nos veremos. 
Queridísimo Ramón, 
se humedecen todos los libros
y desconocemos el porqué cierto. 
Ramón, se quiebran todos los cielos
y debe enmudecer esta voz
terca
que sigue buscando
y te encuentra en todas las esquinas. 

 
Sentidos versos, Pedro, quizá dedicados a Ramón Molina, tu paisano. Sean o no, dedicados a él, son unos versos que denotan esperanza en un inminente encuentro.
ResponderEliminarExcelente trabajo.