La que han vivido estos padres
cuando éramos niños indefensos;
y el futuro, en su ilusión carmín.
Siempre nos queda la esperanza,
la que vivimos en versos y libros
en un invierno tan gris como azul.
Nos queda la esperanza blanca y nieve,
la esperanza margarita, la esperanza amanecer.
Nos queda la que es trigal y aurora,
la oscura, la latente y la que ves.
Nos queda la esperanza candeal,
que se enciende e ilumina siempre.
Nos queda la esperanza noche y día,
pura, virginal, sin corrupción.
Nos queda la esperanza ya madura,
brisa entre la desolación.
Nos queda la blancura de la nieve,
el alma entre las sombras y la luz.
Nos queda la esperanza siempre:
la nieve, el sol y el cielo azul.
IGANACIO PAGÉS LARRUY
ANTIGUO ALUMNO DE LA FARGA
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...Y el alma.
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