¡Hermoso  se viste el árbol
en la gentil primavera¡;
precioso  se ve, esplendente,
en la frondosa arboleda.
En  clara y  lluviosa tarde,
de este preciado abril,
las nubes rozan el río,
el cielo luce de añil.
Y voy  soñando camino
en la tarde silenciosa;
yo contemplo, esplendorosa,
la primavera que vino.
Absorto, voy caminando
por senderos  y veredas
soñando  entre quimeras,
al amigo recordando…
Por los márgenes del río,
mi alma se ha ensimismado
y junto a la luna, riela
a la par, juntas , viajando.
Al amigo que marchó
oculto, sin hacer ruido,
lleva muy dentro mi alma,
pues fue el amigo querido.
Amigo: noble palabra,
de gratitud y cariño.
Él viaja junto a mí,
por la ribera del río...
Pedro Pablo Vico Robles 
 
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