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Esa mujer, de mirada encendida,
entre un alma que quiere ser perfecta
y un corazón de cierva perseguida,
va dejando regueros de su paso
por la retama verde del pinar.
Ninguno se detiene a contemplar
la súplica que sin pedir te pide;
sólo pide vivir, porque no vive,
y sus ojos no paran de llorar.
Pero yo se curarle las heridas,
con cirujana mano; no hace daño,
volverle los presentes por antaños,
volverle los antaños por presentes,
que es mujer demasiado inteligente
para quedarse anclada entre dos mundos.
Escaparán sus recuerdos profundos
de sus cenizas de Ave Fénix rota.
No admitirá jamás esa derrota
que transforma las almas en cristales;
renacerán sus puntos cardinales
y cambiara en victoria sus derrotas;
las cascadas de lágrimas, en gotas
de ambarinas escarchas transparentes,
transformarán su cara, y de repente
esa luz que antes fuera zona oscura,
se volverá fontana de agua pura,
quitará las arrugas de su frente,
y sacará de negras sepulturas
esa risa tan suya, transparente,
esa alegría perdida de repente,
ese querer vivir, esa hermosura…
ese sentir de amor hacia su gente.
MANUEL PABLOS
PROFESOR DEL COLEGIO LA FARGA
MANUEL PABLOS
PROFESOR DEL COLEGIO LA FARGA
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