martes, 12 de diciembre de 2017

Sentado a la sombra de la Ribera.

























Puedo sentarme a la sombra
de la ribera y sentír…

Puedo sentarme a la sombra
en cualquier lugar de la ribera,
y sentí ese viento cálido
que suena y se mece
en las gigantes y verdes choperas;
como también puedo decir
que el campo es tan sabio,
que esas flores blancas de endrino
que,caminando a mi vera,
veo por el valle de Valdiviera,
ya nos anuncian una nueva primavera.

Puedo subir al castillo
y mirar hacia el cielo y sentir
que aquellas nubes negras
que empiezan a salir,
y se dirigen a mi pueblo San Martín
no presagian nada bueno;
y también puedo decir,
cuando camino y llego a Pradanjos
me siento alegre y nostálgico,
y luego al ver ese continuo reguero
de hormigas salir y entrar
de los hormigueros,
me hacen sentir que se avecinan
días de tiempo fantásticos.

Puedo sentirme triste y gritar,
¡Dios mío no veo nada llover,!
y el río Omaña en vez de crecer,
poco a poco y alarmamente 
su cauce disminuye; 
y también aumenta mi enfado,
una y otra vez por culpa
de algunos malditos humanos,
que prenden fuego a los bosques
con sus pusilánimes manos, 
y huyen cobardemente 
cuando el monte destruyen.

Suelo ponerme alegre y decir,
que hay muy pocas cosas
con las que me sienta mejor
que caminar sin calor,
contemplando esas verdes
y hermosas praderas,
o cuando a veces, al atardecer
voy a ver a la truchas
bajo el puente de la Utrera,
saltar y jugar en el agua
divirtiéndose a su manera.

Puedo y no llego
a contar hasta cien,
cuando tú me dices ven,
y sin pensármelo dos veces
cojo al instante ese tren
que me lleva hasta tú casa;
para luego decirte también,
se te nota en la mirada
que vives equivocada,
pues eres tú y no el tiempo;
él como un huracán, como la vida 
la que por tú puerta pasa,
para decirte después
por enésima vez corazón,
que si sigues por este camino,
con la misma rutina y canción,
léemelo en los labios,
te lo cuento muy despacio,
yo me vuelvo, al castillo, al río,
al puente de la Utrera,
al pradón, a la vega,
a Pradanjos, a valdiviera,
a mirar, a sentir, a buscar,
a encontrar mi inspiración
en cualquier lugar de la ribera...



Fran TRAS DE LAS CASAS

jueves, 30 de noviembre de 2017

Otoño preciado...

























¡Qué bellas están las hojas
en el otoño preciado!
No quieren morir las hojas;
por eso cambian de tonos,
apegadas al gran sol
que las calienta y corona.
Y, así, se vuelven rojizas,
naranjas, amarronadas,
amarillenta, ¡ preciosas !
Y en la bellísima tarde,
con el sol, oro que brilla,
los árboles, engalanados
con sus hojas de color,
nos regalan placidez,
bonanza, melancolía,
que inundan el corazón.
El OTOÑO, cuando llega,
es nostálgica estación...



DONCEL





jueves, 23 de noviembre de 2017

Coplas sin soledad a los pueblos de la montaña de León.





Yo, andarin de tantos pueblos
de la ribera y montes de León,
anotadas coplas llevo
en la agenda de mi corazón.

Cuando estás por el pueblo te olvidas
del calendario y las prisas,
y hasta es una bendición
asistir los Domingos a misa.

Típico por estos lares,
se respira calma, paz, y sigilo,
ni un alma por las calles,
y aparentemente todo tranquilo.

Con la misma canción y rutina
amanece un nuevo día,
y desde la madrugada
los gallos, su melodía.

¿Como se presenta el dia?,
¿que tal tiempo hará hoy, vecino?,
al trabajo voy, del trabajo vengo,
cada cual sigue su camino.

Los veranos son efímeros,
los días, más que correr vuelan
en cambio los inviernos son eternos
y duran más de lo que quisieras.

Vitales son paras las cosechas,
cuando el campo reberbera,
el pasto del ocre otoño,
la hierba de la verde primavera.

Pasear al atardecer
por la bella moraceda,
escuchar al ruiseñor
en la sombría arboleda;
la luz del amanecer,
la alborada y su belleza,
son placeres que te brinda
la sabia naturaleza.

Caminar por los caminos
es verdadero placer,
pero les doy un consejo
no lo hagan al anochecer.

Cuando hablo de sentimientos
no se engaña al corazón
ningún país o bandera
lo cambio por un pueblo de León

Tengo dos pueblos lindos;
y de ambos muy orgulloso,
Montejaque brilla en la Serranía
San Martín luce en un Valle hermoso.

Yo que he conocido pueblos
del norte de España y sur
muchas más cosas unen que separan
a un Leonés y Andaluz.


Fco. Tras de las casas




jueves, 16 de noviembre de 2017

A los albañiles.


       


Ya se ven los albañiles
en parvadas y contentos;
ya desde el amanecer
por las calles de los pueblos,
cuando aún la ciudad desierta
y el sol no calienta en exceso,   
rompen las hormigoneras
ruidosas el silencio.
Ya se ven los albañiles
en los andamios colgados,
y al filo de lo imposible, 
coronando los tejados,
suben y bajan los cubos
de masa y material llenos
y como ángeles sin alas, 
escalando hasta los cielos...
A pesar de mala fama
por usar verbo grosero,
yo conozco albañiles
que son grandes caballeros.
Cuando terminan una obra
un hogar se abre al cielo, 
y donde un lugar vacío,
se cumplen deseos y sueños.
Ya se ven los albañiles,         
las herramientas recogiendo,
y en parvadas por las calles
hacia sus casas anocheciendo.




 Fco. “Tras de la casas”

                                                             

martes, 31 de octubre de 2017

BAEZA...


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Baeza, encantadora.
El tiempo se paró en sus callejas...
¡Baeza!:
Renacimiento, paz y gran belleza;
nido real,
histórica proeza....

Caminando por la plaza
de la fuente,
el tiempo se paró...,
y siento el viento
entre viejas acacias
y palacios del Renacimiento.

Y bajo un arco morisco,
paso caminando...
adentrándome en los siglos,
de historia y arte cargados.

Baeza, soñadora.
Su universidad,
cátedra de cultura,
crisol de la cristiandad...

En el aula magistral,
donde Machado enseñaba,
su viejo paraguas aún queda.
" Mi gabán, mi paraguas, mi sombrero" ...
su humanidad nos mostraba ...

Vengo a Baeza,
maravilla de arte y de belleza.





DONCEL





















Doncel

sábado, 14 de octubre de 2017

Llega el otoño...








Las hojas se pintan de colores....,
dejando que las notas, temblorosas,
se alcen por el aire, candorosas...
El aire, a ráfagas, se mueve,
rozando con caricias nuestro rostro.
Humilde y bello ya va entrando,
sigiloso y colorido,
el otoño.



Doncel

sábado, 7 de octubre de 2017

Apuntes de una plácida tarde...






Cuando los campos sueñan
y el sol se deja querer,
¿ hay mejor belleza
que la de este atardecer?...

Cuando el sol brilla entre
los manzanos de la cuesta,
nos brinda la tarde,
espectaculares puestas.

Abejas doradas
de la zarza y alrededores,
para el colmenar,
liban de las ricas flores.

Por San Blas, vuelven
a los pueblos las cigüeñas,
y con las lluvias de otoño
floridas están la sendas.

Al norte la Utrera,
al sur las Omañas,
y en medio del valle
San Martín, pueblo con garra.

Con la lluvia primaveral
y primeros rayos de sol,
huelen a hierba fresca
los campos de León.

Cuando el ruiseñor
canta en las choperas;
cuando se vuelve hablador
el río Omaña;

cuando no aprieta el calor
y la tarde es plácida,
para mi corazón son
momentos de calma.



Fco. tras de las casas


jueves, 14 de septiembre de 2017

"Coplillas de un corazón partío"



Si escucho en la iglesia
tañer las campanas,
es paz interior
lo que hay en mi alma.
Tren que viaja solo
con billete de ida,
estación final,
ciudad sin salida.
La vida de pueblo
levanta los ánimos,
nos hace felices
y sentirnos mágicos.
Y tiene mi pueblo
mucho verde y brillo,
una linda iglesia
y un señor castillo.
¡Sueños de poeta!,
pueblos del Omaña,
vuestra soledad,
mi corazón daña.



Fco. Tras de las casas.

lunes, 4 de septiembre de 2017

Las de veces que he soñado ...

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Romance

Las de veces que he soñado
con un sitio como este

Las de veces que he soñado
hacia Pradanjos perderme,
un lugar que abre la puerta
del cielo a tres valles verdes.
Por camino forestal
de tierra y piedra, se sube
por la cimera del pueblo
a este idílico paraje
entre sus márgenes, chopos
donde sopla el viento fuerte,
con un reguero de sendas
que hacia los montes se pierden.
Un arroyo serpentea
por su centro y dan cortés
bienvenida, florecillas
silvestres multicolores.
Las de veces que he soñado
en un óleo como este
y a donde al atardecer
mis musas a veces vuelven
y los cielos son benditos
cuando el día languidece;
y la soledad sonora
te roza, se nota y siente;
donde corta el viento el águila
mientras la brisa es suave,
y alcanza el horizonte más
lejano de los roquedales,
donde posan elegantes
los mirlos en los zarzales,
y a perseguir lobo y corzo,,
muerte y vida lo que valen.
Las de veces que he soñado
hacia pradanjos perderme,
cuando Dios creó el edén
pensó en un lugar como este.



Fco. Tras de las Casas

miércoles, 26 de julio de 2017

El jardín de mi abuelo Pedro








La tarde va muriendo en el jardín 
con el aroma de jazmín al viento.
La tarde ya arde lejos del jardín,
con fulgores purpurinos de incienso.

Y del rosal, sintiéndome atraído,
a oler una rosa se acercó mi alma,
y al notar su fragancia, conmovido,
vi yo la luz de una emoción lejana,

de una doncella cuyo amor sentía,
cuando al bailar el cabello esparcía 
y el aroma de su pelo aspiraba.

Tras  sentir el olor que conocía,
las lágrimas de mis ojos corrían
junto a la fuente en que saltaba el agua...




Doncel



jueves, 29 de junio de 2017

La autopista hacia el cielo...


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La nube  se enredó sobre tus ruedas
marcándote la autopista hacia el cielo…
no pudiste parar. De pronto un  vuelo
te llevó por la senda del motero,
te elevaste al vacío del infinito,
viajando  sin parar hasta el lucero
que marcaba tu fin en este mundo,
 y el inicio de tu estancia en el nuevo .


Apenas si el asfalto notó el cuerpo
roto, rebotando en su seno…
Apenas si la luz desdibujada
en tu pupila, se apagó  un momento,
ya no estabas allí, te habías marchado
siguiendo tu destino, lejos….lejos.

Tres palomas de lutos celestiales
cruzaron raudas, entre cielos negros,
llevando entre sus alas tu suspiro,
el último suspiro, bien pequeño.
Luego todo fue luz, luz sin tinieblas,
de una enorme autopista hacia el silencio.

Murieron al compás tu voz timbrada
y tu risa de siempre. Se murió el eco
de tu amabilidad, de tu cordura, de tu cariño,
de tus sentimientos, de tu dicha,
de tus ganas de vida, de tus recuerdos,
de tus largos silencios, de tu imagen…

Sobre el asfalto solo estaba el cuerpo.
Dentro del alma de los que quisiste
se quedó para siempre un lugar muerto,
y el dolor de tu ausencia, y tu sonrisa
y los buenos y los malos momentos
y el amor, arrancado a dolor vivo
del árbol de ternura de tus besos.

Hay una quieta paz. Sin tu presencia
una línea de luz se multiplica
en los que siguen dibujando, lejos,
tu imagen tan querida en los espejos,
por ver si el corazón late de nuevo.
Siempre entre la ceniza queda el fuego
de la esperanza, del calor retenido.

Porque seguir amando lo invisible
uniendo juntas la vida y la muerte,
es una nueva forma  de quererte,
es hacerte inmortal, indestructible.
Tu sonrisa perdura entre tu gente,
sobre las lunas llenas del recuerdo.

El bosque de tu ausencia se perfuma
con suspiros  de aromas sin mesura.
Más la verada, que antes era oscura,
es un canto de amor, todo belleza,
transformando en jardines la maleza,
reventando  las almas de ternura…

Cubriremos nuestro dolor con capas
de otros cariños, de otras ilusiones.
Dejaremos la pena en los rincones,
entre la oscuridad del pensamiento
y seguiremos  como sigue  el viento,
persiguiendo quimeras e ilusiones.

La nube  se enredó sobre tus ruedas
marcándote la autopista hacia el cielo…

 
Manuel Pablos