Tendrá la tarde...
Un barquito de papel alejándose con el viento
ahora, que somos niños viejos y distantes
refrescando, los efluvios azules de la garganta,
refrescando, los efluvios azules de la garganta,
de los cerros áridos trémulos de espejismos,
en un laberinto ceniciento y sin destino...
Se fue sin despedirse, ¡se fue...!
Tras de tu ausencia. ¡Huyendo!
Tras de tu ausencia. ¡Huyendo!
con tu nombre entre sus labios
y las sombras coléricas dibujaron,
en el horizonte un paisaje incierto.
SONIA ANTONELLA
Sentidos versos, amiga Soni,con aires de nostalgia y muy bellas palabras....Mis felicitaciones como siempre.
ResponderEliminarCiertamente, es un poema precioso, extraordinario, que evoca con tristeza la perdida del ser querido, la desolación y la incertidumbre.
ResponderEliminarExcelente.
Lástima que los versos hayan quedado diseminados y descompuestas las estrofas.
Muy triste...
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