Cuando el ébano y el oro se afrentan
por competir en tu hermoso cabello,
crean luces y sombras en tu cuello
que con juegos de contrastes contentan
A los pintores todos que argumentan
haber hallado en la tierra al ser bello
por excelencia, ya que lleva el sello
en el cual los ángeles se aposentan.
Tanto si en menor o mayor tu tono
de tu dulce boca fugaz escapa:
me gozo y quejo y libre me aprisiono,
porque tu alegre armonía destapa
mi sorda sordera, que al sonoro suono
de tu canto se sustenta y solapa.
JORDI VINYETA TORGUET
¡¡Magnífico soneto, amigo Jordi¡Un canto a la belleza de la mujer usando la belleza de tus versos.¡¡Te felicito¡¡
ResponderEliminarExcelente soneto, Jordi. Inspirado en ese ser sensible y bello; la mujer.
ResponderEliminarMi felicitación.
Saludos.