Y en la clara tarde,
entre los celindos
y la fuente bella,
el balcón abierto,
con oro en el aire,
alegraba el cuarto
de las damas buenas.
Y el jazmín florido,
de flores de blonda,
llenaba el jardín
con nubes de aroma,
de flor encendida,
blanca, pura, hermosa.
La tarde caía,
despacio, silente...
En tanto yo escucho
tañer de campanas
de cercana torre
que al viento las lanza...
¡Preludio de ocaso¡
en tarde tan bella;
y yo sueño sólo,
cercano a la fuente,
en tarde violeta
que nubla mi mente,
oyendo del cuarto
el ruido del hilo
que cose, cadente.
Y el laurel hermoso,
alto y resurgente,
olora perfume
por todo el ambiente.
Y la clara tarde
que yo veo en mi mente,
de recuerdos plena,
se duerme silente.
( El jazmín se abre,
...se escucha la fuente...)
DONCEL
Bello poema en hexasílabos. Puede estar contento Pedro Valentini. Como siempre, tus versos expresan el paisaje de tal manera, que se vive.
ResponderEliminarSaludos.
¡Muchas gracias, amigo Gregorio¡Son recuerdos del bello jardín de mi infancia, en casa de mi abuelo...
Eliminar