domingo, 20 de abril de 2014

LUX PERPETUA LUCET EI







                                          No hay luz en las velas de la tarta, 
                                          no queda primavera para abril,
         no hay aroma encendido en el jazmín
ni destino para esta pobre carta.
 

        Callamos con la tarta entre las manos
y cerramos los ojos para verte.
Anochecen las velas de la tarta
      y una voz se enciende blancamente.
 

   Las manos que son de luz y nieve
reviven al jazmín helado,
encienden las velas de la tarta
y la esperanza de nuevo acontece.
 

Callamos a los ojos para verte
y estrechamos la mano que viene.
Se deshace la mano de nieve
y en cada amanecer anochece.
 

Pero una luz perpetua te ilumina,
todo lo ilumina tenuemente. 



 
 
 
 
 


 
 
 
Ignacio Pagès Larruy
 
 
Miembro del Blog  L'Albada
   




                                                       

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                 

1 comentario:

  1. ¡¡Precioso versos Ignacio¡ Plenos de misterio, ilusión, esperanza, dulzura....
    Te envío todas mis felicitaciones...

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