Se desvanece el tiempo helado de los
siglos
como hogar del corazón humano,
acoge a los sueños apagados
que los minutos sellaron ya perdidos.
La luna restaura los deseos
hechos tierra, y tan carnificados.
Y el silencio sin nombre es nombrado.
Sin rumbo miramos tus estrellas,
olvidando nuestro músculo humano,
muriendo a nuestros adanes sacros,
cainizando, cainizando en tanto.
El fulgor que anida entre los muros
pétreos y tan, tan silenciados
entona cantos olvidados,
memoria un paraíso tan diurno
que solo un alba deja restaurarlo.
La palabra elocuente en esta noche
es un silencio, así, calmado y sacro,
que pone, Jesús, en nuestros ojos
un solo tiempo de claveles blancos;
que llama, Señor, a este dolor
con el nombre que guardarán tus labios.
Y el génesis que tal vez pereció
resucita y arde en lo apagado.
El bautismo del tiempo de los tiempos
empezó, ya había empezado.
como hogar del corazón humano,
acoge a los sueños apagados
que los minutos sellaron ya perdidos.
La luna restaura los deseos
hechos tierra, y tan carnificados.
Y el silencio sin nombre es nombrado.
Sin rumbo miramos tus estrellas,
olvidando nuestro músculo humano,
muriendo a nuestros adanes sacros,
cainizando, cainizando en tanto.
El fulgor que anida entre los muros
pétreos y tan, tan silenciados
entona cantos olvidados,
memoria un paraíso tan diurno
que solo un alba deja restaurarlo.
La palabra elocuente en esta noche
es un silencio, así, calmado y sacro,
que pone, Jesús, en nuestros ojos
un solo tiempo de claveles blancos;
que llama, Señor, a este dolor
con el nombre que guardarán tus labios.
Y el génesis que tal vez pereció
resucita y arde en lo apagado.
El bautismo del tiempo de los tiempos
empezó, ya había empezado.
BON NADAL! ¡FELIZ NAVIDAD! BUON NATALE!
IGNACIO PAGÈS LARRUY
ANTIGUO ALUMNO DE LA FARGA
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