Ángeles bellos de cabellos de oro
enredando su risa en los zarzales,
jugaban a pintar colores claros
en el sol, en el cielo, en los trigales.
La niña los miraba sonriendo
enredados los ojos en su talle.
¡ Vente a jugar un rato con nosotros.!
¡ No puedo ir, no lo sabe mi madre!...
¡Vente a jugar un rato con nosotros
repitieron los ecos en la tarde!
La niña se marchó sorbiendo brisas,
sus cabellos fundidos con el aire.
Se lleno de color de transparencia
compartiendo perfumes con los ángeles.
Nadie la ve, ya nadie puede verla
porque ahora ya no es niña
,ahora es un ángel.
Ángeles bellos, de cabellos de oro
llenan de risas la plácida tarde.
A su lado, alborotando risas,
juega a beber la brisa un nuevo ángel.
MANUEL PABLOS ESTEBAN
PROFESOR DE LA FARGA
¡Muy, muy bello el poema, querido Manuel.Emociona ...¡¡
ResponderEliminaresta hermoso
ResponderEliminarme gusto mucho
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