OTOÑO EN LOS CERROS ...
Del jardín de la casa del abuelo,
van cayendo las hojas de los árboles,
cansadas ya del estío ...
El cielo es hoguera bella ,
de rojo, naranja y malva,
cuando se inicia el ocaso.
El jardín , con tonos refulgentes
y hojarascas marrones por el suelo...
La vieja parra , con los últimos racimos...
Sentado en aquel banco tan rojizo,
yo sientía la fragancia del jazmín;
oía el sonido del caño de la taza
que cae en un suspiro bailarín.
El laurel salta el muro que separa
el jardín del huerto y de la alberca...
Y, acercándome presto a los rosales,
aspiré el olor de una rosa blanca,
que, solitaria, mostraba su belleza ...
Y al oler, cautivo, su fragancia
noté yo, perplejo, semejanza
al que desprendía aquella muchacha
que al bailar en el jardín con ella,y
me robó el corazón dejando huella ...
Y, de mis ojos brotaron las lágrimas,
al recodar lo que sentí al verla.
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