entre verdes azulados.
Desde mi ventana abierta:
los olivos, solapados
por la bruma misteriosa
y montes difuminados...
El cielo pinta de azul
sobre el paisaje velado...;
el campo se muestra manso
cuando el sol está tan bajo.
Es belleza y armonía...,
como un óleo acabado.
Ya, por los cerros de Úbeda ...
la clara luz va entrando,
cuando se levanta el sol
hacia el valle iluminado.
Desde los Cerros diviso,
como un mar acrisolado.
¡A Úbeda, en la alta Loma,
la cubre un halo dorado...¡
Pedro Pablo Vico Robles
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