Era una tarde lenta y melancólica,
el agua rociaba con dulce placer;
árboles caducos, de hojas caídas,
traen a mi alma bella placidez.
La luz de esta tarde es gris, delicada,
su duende me habla con
gran languidez;
gran languidez;
me inspira recuerdos la bella infancia,
de paz, de gozo, con suma altivez.
De pronto el aura del cielo se abre
y emana destellos, blanca sencillez,
y yo, embriagado de olor y colores,
víme prendado de amor y placer.
DONCEL
DONCEL
Bellos versos endecasílabos.
ResponderEliminarPor el camino verde que va al valle
vi la tarde venir,
era una tarde tan tranquila en el pueblo
que el sol no se quiere ir.
Amigo Pedro...la tarde es bella
la tarde nos enamora. Un saludo