Con las últimas luces
de la primera noche de verano,
con el espíritu lleno
y la mente vacía,
la oscuridad nos invita
a acogernos a su lado.
Hace frío,
una hoguera crepita a lo lejos.
Y, aunque sus llamas
se extinguen lentamente,
una chispa le basta
para volver a vivir.
Un muro infranqueable
de calor y fuego.
Un reto imposible.
Pero un coraje inusual,
una fuerza inexplicable,
nos empuja
a saltar al otro lado.
Sin saber qué encontraremos
simplemente
saltamos
¡Magnífica expresión escrita¡ Con encanto, pasión, alegría de espíritu....¡¡
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