Para Lucio, que un día fue campero…
( I )
Caracolea la jaca por el lindero,
bailando un pasodoble por los eriales;
huele el monte a perfume de los romeros,
de tomillo, de espliego y de jarales.
Bajo la sombra fresca de las encinas,
tamizada de luces de mil colores,
pasan volando alegres las golondrinas.
rozando con sus plumas matas y flores.
Los recentales juegan a ser cuatreños
persiguiéndose alegres por los alcores;
ramonean sin prisas catorce utreros
la hierba siempre fresca .Los ruiseñores
dan un concierto hermoso en la espesura.
Los cinqueños sestean en la frescura
soñando en no se sabe que fantasías;
dos añojos ensayan una locura,
se embisten, se separan, luchan, porfían…
Cabalgando jinete en su alazana,
chaquetilla de pana, zahón de cuero ,
sacando los mil brillos de la mañana,
erguido en su montura pasa el vaquero.
Los botos bien metidos en el estribo,
engastado en la silla por las aciones,
garrocha en la derecha, mirada al frente ,
los muslos apretados a los faldones
de la silla vaquera, bien reluciente;
las riendas enganchadas en los borrenes,
que al ritmo de la espuela, la yegua trota.
MANUEL PABLOS
¡¡Y olé por estos magníficos endecasílabos llenos de embrujo y belleza ¡¡Enhorabuena Manuel¡
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