La tarde, de celindas se perfuma,
y engalana de colores los donpedros.
Y ella se refleja en fuente clara,
entre el chorro de agua limpia y los
gorjeos ...
La tarde nos inunda nuestra alma
con un halo y resplandor violeta...
Y se transforma en un edén furtivo,
sentado en la linda plazoleta...
Y en el frescor del chorro de la fuente
y la tierra mojada por el agua,
la luz violeta nos inunda
al tiempo que toca una campana ...
La tarde va de caída...;
y en las galería del alma,
penetra, bella y florida....
al tiempo que las rebasa ...
y en las galería del alma,
penetra, bella y florida....
al tiempo que las rebasa ...
Doncel
No hay comentarios:
Publicar un comentario