No espero nada de nadie;
que me busque quien me extrañe.
Este viejo poeta olvidado,
ruiseñor de la alborada,
pajarillo mañanero,
caminante en tardes muertas,
vigía desde los cerros,
andarín, en las montañas...;
sus musas emprenden vuelo
cuando el cielo empieza a arder,
soledades y pensamientos,
entre sendas , en bancales,
por caminos y senderos.
Este viejo poeta olvidado
que cierra todas las puertas,
prisionero de sus miedos
cuando por no recordar,
olvida remordimientos;
a pesar de sus pesares,
y de tantos sueños rotos,
este viejo poeta olvidado,
ha sido feliz, no niego,
aunque en mi rostro veáis
hastío, y tristeza en mis ojos;
quien me extrañe, que me busque
en el baúl de mis recuerdos.
andarín, en las montañas...;
sus musas emprenden vuelo
cuando el cielo empieza a arder,
soledades y pensamientos,
entre sendas , en bancales,
por caminos y senderos.
Este viejo poeta olvidado
que cierra todas las puertas,
prisionero de sus miedos
cuando por no recordar,
olvida remordimientos;
a pesar de sus pesares,
y de tantos sueños rotos,
este viejo poeta olvidado,
ha sido feliz, no niego,
aunque en mi rostro veáis
hastío, y tristeza en mis ojos;
quien me extrañe, que me busque
en el baúl de mis recuerdos.
Fco. Tras de las casas
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