( A los que se fueron sin querer irse )
forjado en el destierro y la inquietud
y al declinar el sol de cada tarde,
te acordarás del sur.
Y en el crisol de la melancolía
fundida de nostalgia por la luz
que añoras cada noche y cada día,
te acordarás de sur.
Y en las noches tan largas del invierno,
desde el silencio en donde moras tú,
si tus ojos no concilian el sueño,
te acordarás del sur.
Y al despertar de cada primavera,
vencejo y golondrina en el azul,
al recibir del sol la luz primera,
te acordarás del sur.
Y en las cálidas tardes del estío,
desde un mundo de asfalto y de quietud
evocando tus mares y tus ríos,
te acordarás del sur.
Y en las noches de responsos y de rezos,
silbando el vendaval con acritud
y doble el esquilón por nuestros muertos,
te acordarás del sur.
Y al llegar para ti la hora postrera
y tus ojos se cierren a la luz
cuando solo la muerte a ti te espera,
te acordarás del sur.
ALEJANDRO MARTINO VICO
¡Magníficos endecasílabos y heptasílabos plenos de belleza, melancolía y amor al Sur!
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