... Y al llegar la hora bella,
el mar se convierte en plata,
juega a rizos con las olas
sobre la arena dorada.
A lo lejos, el velero,
entre un mar de nubes malvas,
iza velas a la luna,
que asciende sobresaltada.
Y la gaviota que vuela
serena, alta, arrobada,
tiene la suerte de ver
la mar, espejo de plata.
DONCEL
MIEMBRO DEL BLOG L'ALBADA
Romántico y tierno. Muy bello...
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