Dame tu mano mi niña
de piel lozana y sedosa;
que este olor de primavera,
me evoca muchísimas cosas.
Son de esas tardes de Mayo,
cariñosas como pocas,
y la arboleda se ve
muy concurrida a esas horas.
Alrededor de la fuente
revolotean las palomas,
sobre el agua mansa vuelan
un enjambre de mariposas.
De un concurrido jardín
y junto a las rosas rojas,
flores para ella cogí
a cual de ellas más hermosa.
Abre el corazón mi niña
que algo en mí de nuevo brota,
viajando mis sentimientos
van a ti sobre las olas.
La tarde quiere quedarse;
el sol, como si tal cosa,
paseo por la avenida
en ropa ligera y sedosa.
De un precioso jardín corté
flores a cual más hermosa;
las que traigo para tí...,
todas ellas me enamoran.
Dame tu mano mi niña
de piel sensible y sedosa;
junto a ti solo mis sueños
me evocan muchísimas cosas.
Francisco García Tras de las Casas