¡Es la tarde en la plazuela
de moreras adornada ...!
Mi corazón descansa
entre las piedras doradas
y el cielo de azul y malva.
Rincón antiguo y bello
ante el arco plateresco
de la iglesia olvidada ...
¡ Y esas casas solariegas
de verjas y escudo hidalgo !
El tiempo se detiene...
y el sol regala sus rayos
sobre las viejas moreras
mientras me siento en un banco.
La tarde bella se estanca
sin acercarse al ocaso.
¡ Plazuela de Santo Domingo !,
de Úbeda, rincón tan grato ...
Pedro Pablo Vico Robles