Tu me enseñaste mi ideal y guía:
La poesía.
¡ Luna tan bella,
no he visto yo!,
blanca y violácea...;
¡ me cautivó !
Esta gran luna,
argéntea y bella,
llenó mi alma,
pudo con ella.
Y Campanilla,
su hadilla chica,
muestra el tesoro:
¡ es la poesía!
Luna tan blanca,
grande y lejana,
¡vuelo hacia ti !,
si tú me llamas...
Doncel
Preciosa! Yo también soy una enamorada de la Luna!
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