viernes, 1 de marzo de 2019

MI CABALLITO RUBIO.














A mi caballito rubio con lunar blanco y en la crin larga melena

ELEGÍA

Cuento lo sucedido un día
en una plácida tarde;
el cielo para nada arde,
y el campo es pura armonía.

Tranquilamente dormía
a la sombra de los pinos,
allá donde en los caminos
se cruzan los viajeros.

Tuve un sueño ligero.
Soñaba con un caballo,
rubio como el sol de Mayo,
fiel amigo verdadero.

Soñé que a mi se acercaba,
a mi llamada siempre presto,
con su morro me acariciaba,
y al momento ya dispuesto
para lo que le mandabas.

Nos hicimos muy amigos,
recorrimos campos y eras;
fuimos jueces y testigos
de otoños y primaveras.

De repente desperté, atardecía;
en la tierra junto al hoyo,
solo el agua del arroyo
únicamente se oía.

Allá donde en los caminos
se va mi melancolía,
a la vera de los pinos
mi caballo rubio yace,
y yo sueño que él pace
para mi eterna alegría.


Francisco García Tras de las Casas.

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