jueves, 12 de diciembre de 2013

AMIGO OTOÑO








Como ese amor breve pero intenso,
el otoño viene y se va, pero nos deja
una imborrable huella.
 
 
 
 
 
Nos dejas tardes preciosas,
de esas que nunca se olvidan,
como la que hoy yo escribo
al arrimo del hogar,

el otoño viene y va; luego
solo queda soledad...
 
 
Y los sueños se consumen
junto a la exigua candela,
como pasan los horas
en estos efímeros días,
el otoño viene y se va,
queda mi melancolía.
 
 
Pero soñar cuesta menos
y los sueños prestan más,
si contemplas la belleza
de una tarde otoñal,
las de San Martín, mi pueblo,
las que os quiero yo contar.
 
 
El cielo se está cubriendo
con las nubes cenicientas,
y la niebla por el valle
baja fantasmal y lenta.
 
 
De los álamos del río,
de los chopos de la vega,
las hojas que abate el viento
en las sendas se almacenan.
 
 
El nido del campanario
de la centenaria iglesia,
las cigüeñas, tristemente,
hasta otro año lo dejan;
emigran a otros pueblos
cálidos de  la ribera.
 
 
Los campos ya están helados;
el invierno llama a la puerta,
en la casa del abuelo
y al arrimo de candelas.


El abuelo fuma un pitillo,
tía Emilia, cosía e hilaba,
Rosa quiere ser maestra;
así pasaban las horas;
fuera, era fría la noche
y como siempre, helaba.
 
 
Como ese amor pasajero
imposible de olvidar,
cuando el otoño  marcha,
solo queda...  soledad.
 
 
 
 
 
 
 
 
Fco. Tras de las casas
 
 
Miembro del Blog L' albada


 


1 comentario:

  1. ¡Melancólicos y bellos versos de añoranza a los pueblos de España¡ Mis felicitaciones¡

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